21 diciembre 2009
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Diógenes de Sínope: citas y frases célebres.
El comportamiento de Diógenes de Sínope, uno de los cínicos más destacados, fue una prolongación de su manera de pensar. Estos son algunos fragmentos que ilustran el ingenio, el pensamiento y el humor del que fue llamado ”Sócrates loco”.
-Habiéndole uno invitado a entrar en su lujosa mansión le advirtió que no escupiese en ella, tras lo cual Diógenes arrancó una buena flema y la escupió en la cara del dueño, para decirle después que no le había sido posible hallar un lugar más inmundo en toda la casa.
- A uno que le manifestó su deseo de filosofar junto a él, Diógenes le entregó un atún y le ordenó seguirle. Aquél, avergonzado de llevarlo, se deshizo del atún y se alejó. Diógenes se encontró con él al cabo de un cierto tiempo y riéndose, exclamó: “Un atún ha echado a perder nuestra amistad”.
-Menipo nos cuenta cómo fue la venta de Diógenes cuando después de ser capturado como esclavo el subastador lo ofreció al mejor postor. Se le preguntó qué sabía hacer:”Mandar” contestó y el subastador le dijo “Pregona si alguien desea adquirir un amo". Jeníades fue su comprador y a él le aseguró que debía obedecerle aunque fuera su esclavo, del mismo modo que obedecería a un médico si fuese esclavo. Le dijo: “Disponte a cumplir mis órdenes”. Eubulo nos cuenta que envejeció en casa de Jeníades y al morir fue enterrado por sus hijos, que lo tenían en gran estima después de tantos años en los que fue su preceptor.
-Gritó: “Hombres a mí“ al acudir una gran multitud les despachó golpeándolos con el bastón: “Hombres he dicho, no basura”.
-A uno que se ufanaba “En los juegos Píticos vencí a muchos hombres”, le replicó: “Yo he vencido a hombres; tú, sólo derrotaste a esclavos”.
- Afirmaba también que las cosas de mucho valor tenían muy poco precio, y a la inversa.
-Cierto día observó a una mujer postrada ante los dioses en actitud ridícula y, queriendo liberarla de su superstición, se le acercó y le dijo: ”¿No temes, buena mujer, que el Dios esté detrás de ti (pues todo está lleno de su presencia) y tu postura resulte entonces irreverente?”
-Cuando alguien le aseguró que no existía el movimiento, se levantó y se puso a caminar.
-Platón había definido al hombre como animal bípedo implume, y su definición obtuvo gran fama. Diógenes desplumó un gallo y lo introdujo en la escuela, diciendo: “Este es el hombre de Platón”. A consecuencia de ello se añadió a la definición: “Con uñas anchas”.
-A uno que primero le dio un golpe con una viga y luego le advirtió:” ¡Cuidado!”, le replicó: “¿Es que quieres volver a golpearme?”.
-En pleno día iba con su candil encendido diciendo “Busco un hombre”.
-Tras la batalla de Queronea, fue hecho prisionero y llevado ante Filipo. Al preguntarle este quién era, respondió: “Un testigo de tu insaciabilidad” . Fue alabado por esta respuesta y dejado en libertad.
-Se masturbaba en medio del ágora, diciendo: “¡Ojalá el hambre pudiera ser también aliviada con sólo frotarse el estómago”
-En un banquete, algunos le echaron huesos, como si fuera un perro: Diógenes, comportándose como un perro, orinó allí mismo.
-Cuando uno le recordó que los de Sínope lo habían condenado al destierro; Diógenes replicó: “Y yo a ellos a quedarse”.
-Interrogado acerca de cuál era el vino que bebía con más agrado, repuso: “El de los demás”.
-En una ocasión que pedía limosna a un individuo de mal carácter. Este le dijo: “Te daré, si logras convencerme”. Diógenes replicó “Si yo fuera capaz de persuadirte te persuadiría para que te ahorcaras”.
-Un padre le trajo a su hijo presentándolo como un muchacho bien dotado y de excelente carácter “¿Para qué me necesita entonces?”, quiso saber Diógenes.
-Habiéndole uno invitado a entrar en su lujosa mansión le advirtió que no escupiese en ella, tras lo cual Diógenes arrancó una buena flema y la escupió en la cara del dueño, para decirle después que no le había sido posible hallar un lugar más inmundo en toda la casa.
- A uno que le manifestó su deseo de filosofar junto a él, Diógenes le entregó un atún y le ordenó seguirle. Aquél, avergonzado de llevarlo, se deshizo del atún y se alejó. Diógenes se encontró con él al cabo de un cierto tiempo y riéndose, exclamó: “Un atún ha echado a perder nuestra amistad”.
-Menipo nos cuenta cómo fue la venta de Diógenes cuando después de ser capturado como esclavo el subastador lo ofreció al mejor postor. Se le preguntó qué sabía hacer:”Mandar” contestó y el subastador le dijo “Pregona si alguien desea adquirir un amo". Jeníades fue su comprador y a él le aseguró que debía obedecerle aunque fuera su esclavo, del mismo modo que obedecería a un médico si fuese esclavo. Le dijo: “Disponte a cumplir mis órdenes”. Eubulo nos cuenta que envejeció en casa de Jeníades y al morir fue enterrado por sus hijos, que lo tenían en gran estima después de tantos años en los que fue su preceptor.
-Gritó: “Hombres a mí“ al acudir una gran multitud les despachó golpeándolos con el bastón: “Hombres he dicho, no basura”.
-A uno que se ufanaba “En los juegos Píticos vencí a muchos hombres”, le replicó: “Yo he vencido a hombres; tú, sólo derrotaste a esclavos”.
- Afirmaba también que las cosas de mucho valor tenían muy poco precio, y a la inversa.
-Cierto día observó a una mujer postrada ante los dioses en actitud ridícula y, queriendo liberarla de su superstición, se le acercó y le dijo: ”¿No temes, buena mujer, que el Dios esté detrás de ti (pues todo está lleno de su presencia) y tu postura resulte entonces irreverente?”
-Cuando alguien le aseguró que no existía el movimiento, se levantó y se puso a caminar.
-Platón había definido al hombre como animal bípedo implume, y su definición obtuvo gran fama. Diógenes desplumó un gallo y lo introdujo en la escuela, diciendo: “Este es el hombre de Platón”. A consecuencia de ello se añadió a la definición: “Con uñas anchas”.
-A uno que primero le dio un golpe con una viga y luego le advirtió:” ¡Cuidado!”, le replicó: “¿Es que quieres volver a golpearme?”.
-En pleno día iba con su candil encendido diciendo “Busco un hombre”.
-Tras la batalla de Queronea, fue hecho prisionero y llevado ante Filipo. Al preguntarle este quién era, respondió: “Un testigo de tu insaciabilidad” . Fue alabado por esta respuesta y dejado en libertad.
-Se masturbaba en medio del ágora, diciendo: “¡Ojalá el hambre pudiera ser también aliviada con sólo frotarse el estómago”
-En un banquete, algunos le echaron huesos, como si fuera un perro: Diógenes, comportándose como un perro, orinó allí mismo.
-Cuando uno le recordó que los de Sínope lo habían condenado al destierro; Diógenes replicó: “Y yo a ellos a quedarse”.
-Interrogado acerca de cuál era el vino que bebía con más agrado, repuso: “El de los demás”.
-En una ocasión que pedía limosna a un individuo de mal carácter. Este le dijo: “Te daré, si logras convencerme”. Diógenes replicó “Si yo fuera capaz de persuadirte te persuadiría para que te ahorcaras”.
-Un padre le trajo a su hijo presentándolo como un muchacho bien dotado y de excelente carácter “¿Para qué me necesita entonces?”, quiso saber Diógenes.
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el 21 diciembre 2009
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