Debió de llegar a Atenas después del 335 a.C. (posiblemente exiliado después de perder sus propiedades) aunque nació en Tebas. Hijo de Ascondas, es el más importante de los discípulos de Diógenes y el que mayor influencia posterior ha tenido ya que fue el maestro de Zenón de Citio. Era un hombre rico que, según una primera versión, después de conocer a Diógenes arrojó el dinero al mar y entregó sus fincas para pastos; existe, sin embargo, una versión más conservadora que dice que Crates se deshizo de su dinero entregándolo a un banquero a fin de que lo administrase y, después de su muerte, lo entregase a sus hijos, si estos resultaban ser hombres comunes (idiotoi); pero si resultaban ser filósofos, lo debería repartir entre el pueblo, porque en este caso para nada lo iban a necesitar. Cuando alguno de sus parientes se acercaba para disuadirlo de sus propósitos él los alejaba con su bastón sin ceder un ápice de su postura. Según cuenta Eratóstones de su unión con Hiparchia tuvo un hijo, Pasicles. Cuando terminó su adolescencia lo llevó al burdel de una prostituta y le dijo que así habían sido las bodas de su padre.
Con él el cinismo tiene una inflexión ya que su carácter más moderado disminuye la tensión que hasta entonces había generado. Representa esto su propio sobrenombre de “abre puertas” porque en todas las casas de Atenas era recibido como un pacificador que mediaba entre todo tipo de disputas. EL cambio es solamente de actitud ya que la doctrina se sigue manteniendo. Defendía que la filosofía conduce al logro de la doble liberación. Por una parte de las ataduras externas (familia, propiedad, cultura, etc…), y por otra de las ataduras internas (la opinión y el placer). Respecto al placer le respondió a Aristipo de Cirene: “Si entendemos la felicidad en la vida como un balance positivo de placeres, entonces ningún hombre sería enteramente feliz. Pues si consideras las etapas de la vida del hombre, verás que hay una aplastante preponderancia del dolor”. Criticaba a los que viven entre aduladores se hallan tan indefensos como corderos en medio de lobos, pues así como los lobos no buscan el bienestar de éstos, tampoco los aduladores se unen a aquéllos sino para buscar su ruina. También decía que es imposible hallar un hombre enteramente libre de defectos, pues, como en las granadas, siempre se encuentra un grano podrido.
En cuanto a sus obras escribió una utopía cínica del estilo de “La República” de Diógenes en la que relata un país interior al que se accede por medio de la ascesis y la sabiduría. Zenón publicó una colección de las máximas de Crates que fue muy conocida en su momento. Su importancia no se quedó sólo en la filosofía, sino que además fue influyente en la literatura. Es citado por clásicos como Séneca, Epicteto, Ateneo, Marco Aurelio, Orígenes y Gregorio de Nacianzo.
Es suyo el sigiente fragmento:
Nota: La imagen corresponde a un cuadro de Doménico Fetti representando a Crates.
Con él el cinismo tiene una inflexión ya que su carácter más moderado disminuye la tensión que hasta entonces había generado. Representa esto su propio sobrenombre de “abre puertas” porque en todas las casas de Atenas era recibido como un pacificador que mediaba entre todo tipo de disputas. EL cambio es solamente de actitud ya que la doctrina se sigue manteniendo. Defendía que la filosofía conduce al logro de la doble liberación. Por una parte de las ataduras externas (familia, propiedad, cultura, etc…), y por otra de las ataduras internas (la opinión y el placer). Respecto al placer le respondió a Aristipo de Cirene: “Si entendemos la felicidad en la vida como un balance positivo de placeres, entonces ningún hombre sería enteramente feliz. Pues si consideras las etapas de la vida del hombre, verás que hay una aplastante preponderancia del dolor”. Criticaba a los que viven entre aduladores se hallan tan indefensos como corderos en medio de lobos, pues así como los lobos no buscan el bienestar de éstos, tampoco los aduladores se unen a aquéllos sino para buscar su ruina. También decía que es imposible hallar un hombre enteramente libre de defectos, pues, como en las granadas, siempre se encuentra un grano podrido.
En cuanto a sus obras escribió una utopía cínica del estilo de “La República” de Diógenes en la que relata un país interior al que se accede por medio de la ascesis y la sabiduría. Zenón publicó una colección de las máximas de Crates que fue muy conocida en su momento. Su importancia no se quedó sólo en la filosofía, sino que además fue influyente en la literatura. Es citado por clásicos como Séneca, Epicteto, Ateneo, Marco Aurelio, Orígenes y Gregorio de Nacianzo.
Es suyo el sigiente fragmento:
“Poseo cuanto he aprendido y pensado.
Y los sagrados preceptos de las musas:
Todo lo demás es vanidad.”
Y los sagrados preceptos de las musas:
Todo lo demás es vanidad.”
Nota: La imagen corresponde a un cuadro de Doménico Fetti representando a Crates.
Este artículo fue publicado
el 16 diciembre 2009
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Crates de Tebas
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