Trasímaco de Calcedonia (Calcedón) de Bitinia (459 a.C.-400 a.C.) es conocido sobre todo por su encuentro con Sócrates, que es narrado en el libro I de la República de Platón, pero en Atenas ya era muy conocido como orador y maestro de retórica, incluso antes de la llegada de Gorgias. Pese a esto apenas hay datos sobre su vida salvo que hizo largos viajes con los que obtuvo fama y dinero. En cuanto a su obra sólo queda constancia con certeza del discurso “En defensa de los lariseos”.
Nos cuenta Dionisio de Halicarnaso en Iseo 20.: “[…] se ocupó exclusivamente de tratados retóricos y discursos epidícticos, pero no ha dejado discursos judiciales.” La contribución de Trasímaco a la retórica fue, sobre todo, el articular cada idea en un período unitario o en varios períodos estrechamente unidos entre sí. Fue también el primero en introducir el colon. (Período equivale a prosa rítmica constituida por unidades sintácticas, compuestas, por otras menores, kôla, susceptibles de ser pronunciadas en una sola emisión. Generalmente el concepto de período contiene las nociones de ritmo y de unidad de pensamiento. Colon también corresponde a la terminología rítmica.). Cicerón nos cuenta en, Orador 13,40: “[…] fue el primero que estableció el principio de expresar el pensamiento de una forma más amplia y completar las frases con ritmos más suaves.” y Suda también menciona recursos oratorios que posiblemente fuesen bocetos o esquemas generales adecuados para las distintas materias oratorias.
La que quizás es su frase más famosa está recogida en el libro de Platón, “La República” I 336b ss. Allí se cita de Trasímaco: “[Trasímaco] Yo afirmo que lo más justo es la conveniencia del más fuerte” y poco después él mismo se explica: “Cada forma de gobierno establece leyes de acuerdo con su conveniencia: una democracia, leyes democráticas; una tiranía leyes tiránicas; e igualmente las demás formas de gobierno. Y, una vez que han establecido las leyes, suelen demostrar a sus súbditos que lo justo es lo que resulta conveniente, y al que trasgrede esa conveniencia lo castigan como violador de la ley y reo de la justicia.”. Hermias ( Comentario al Fedro de Platón, p.239, 21 escrito incierto) muestra el carácter desconfiado de Trasímaco hacia un elemento de poder en aquel momento, la religión: “[Trasímaco] en un discurso suyo escribió algo semejante, a saber, que los dioses no ven las acciones humanas. De lo contrario, no habrían descuidado el mayor de los bienes humanos: La justicia.”
Para Trasímaco la justicia es locura e ignorancia y, en cambio, la injusticia es la verdadera virtud, ya que siguiendo sus mandatos es como el hombre consigue areté y eudaimonía. También muestra con esto las debilidades lógicas que se obtienen de la definición de justicia como, por ejemplo, la búsqueda del bien del otro. Si el gobernante busca buscan el bien de los gobernados, éstos deberían buscar el bien de los gobernantes, lo que nos volvería dar una confirmación del derecho del más fuerte. En cambio, la justicia no plantea este ti de aporías lógicas ya que gobernantes y gobernados buscan su propio bien.
Nos cuenta Dionisio de Halicarnaso en Iseo 20.: “[…] se ocupó exclusivamente de tratados retóricos y discursos epidícticos, pero no ha dejado discursos judiciales.” La contribución de Trasímaco a la retórica fue, sobre todo, el articular cada idea en un período unitario o en varios períodos estrechamente unidos entre sí. Fue también el primero en introducir el colon. (Período equivale a prosa rítmica constituida por unidades sintácticas, compuestas, por otras menores, kôla, susceptibles de ser pronunciadas en una sola emisión. Generalmente el concepto de período contiene las nociones de ritmo y de unidad de pensamiento. Colon también corresponde a la terminología rítmica.). Cicerón nos cuenta en, Orador 13,40: “[…] fue el primero que estableció el principio de expresar el pensamiento de una forma más amplia y completar las frases con ritmos más suaves.” y Suda también menciona recursos oratorios que posiblemente fuesen bocetos o esquemas generales adecuados para las distintas materias oratorias.
La que quizás es su frase más famosa está recogida en el libro de Platón, “La República” I 336b ss. Allí se cita de Trasímaco: “[Trasímaco] Yo afirmo que lo más justo es la conveniencia del más fuerte” y poco después él mismo se explica: “Cada forma de gobierno establece leyes de acuerdo con su conveniencia: una democracia, leyes democráticas; una tiranía leyes tiránicas; e igualmente las demás formas de gobierno. Y, una vez que han establecido las leyes, suelen demostrar a sus súbditos que lo justo es lo que resulta conveniente, y al que trasgrede esa conveniencia lo castigan como violador de la ley y reo de la justicia.”. Hermias ( Comentario al Fedro de Platón, p.239, 21 escrito incierto) muestra el carácter desconfiado de Trasímaco hacia un elemento de poder en aquel momento, la religión: “[Trasímaco] en un discurso suyo escribió algo semejante, a saber, que los dioses no ven las acciones humanas. De lo contrario, no habrían descuidado el mayor de los bienes humanos: La justicia.”
Para Trasímaco la justicia es locura e ignorancia y, en cambio, la injusticia es la verdadera virtud, ya que siguiendo sus mandatos es como el hombre consigue areté y eudaimonía. También muestra con esto las debilidades lógicas que se obtienen de la definición de justicia como, por ejemplo, la búsqueda del bien del otro. Si el gobernante busca buscan el bien de los gobernados, éstos deberían buscar el bien de los gobernantes, lo que nos volvería dar una confirmación del derecho del más fuerte. En cambio, la justicia no plantea este ti de aporías lógicas ya que gobernantes y gobernados buscan su propio bien.
Este artículo fue publicado
el 13 enero 2010
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