Nacido en Ceos (una de las islas pertenecientes a las Cícladas), concretamente en la ciudad de Yúlide, probablemente con anterioridad al 460 a.C., en el 399 a.C. (año de la muerte de Sócrates) todavía estaba con vida. Compartió con Gorgias el ser embajador de su isla natal ante los atenienses, el pronunciar discursos epidícticos y el impartir enseñanza privada (por la que cobraba altos honorarios). Además sus enseñanzas no se limitaron a Atenas. Filóstrato nos cuenta como cuando Jenofonte estaba prisionero en Beocia pudo conseguir un permiso para asistir a sus clases.
Fue tan influyente que, además del propio Jenofonte, Sócrates se consideraba su discípulo. También tuvo entre sus discípulos a Terámenes, que fue un político ateniense de tendencia aristocrática que tomó parte en las intentonas golpistas de 411 a.C. y del 404 a.C. En esta última, aunque llegó a formar parte de los treinta tiranos, su moderación le trajo la enemistad de otros más radicales como Critias que lo condenaron a muerte. Pese a que era censurado por su indecisión tanto por demócratas como Lisias, como por los oligarcas, su imagen tuvo gran prestigio durante el s. IV a.C.
Aunque escribió un tratado “Sobre la naturaleza del hombre” fue con sus tratados sobre el lenguaje como consiguió más reputación. También se le supone como autor de un tratado “Sobre la corrección de los nombres”. Marcelino en “Vida de Tucídides”, 36. Relata sobre las exigencias en el uso de las palabras de Pródico. También Temistio “Discursos 23, pp 350-20 ed. Schenke” deja muestra del interés que tenía: “Puesto que tanto Pródico como Protágoras de Abdera- el primero de ellos enseñaba por dinero la corrección en el empleo y pronunciación de las palabras, el segundo explicaba los poemas de Simónides y de otros poetas- eran sofistas y como tales eran llamados”.
Fue tan influyente que, además del propio Jenofonte, Sócrates se consideraba su discípulo. También tuvo entre sus discípulos a Terámenes, que fue un político ateniense de tendencia aristocrática que tomó parte en las intentonas golpistas de 411 a.C. y del 404 a.C. En esta última, aunque llegó a formar parte de los treinta tiranos, su moderación le trajo la enemistad de otros más radicales como Critias que lo condenaron a muerte. Pese a que era censurado por su indecisión tanto por demócratas como Lisias, como por los oligarcas, su imagen tuvo gran prestigio durante el s. IV a.C.
Aunque escribió un tratado “Sobre la naturaleza del hombre” fue con sus tratados sobre el lenguaje como consiguió más reputación. También se le supone como autor de un tratado “Sobre la corrección de los nombres”. Marcelino en “Vida de Tucídides”, 36. Relata sobre las exigencias en el uso de las palabras de Pródico. También Temistio “Discursos 23, pp 350-20 ed. Schenke” deja muestra del interés que tenía: “Puesto que tanto Pródico como Protágoras de Abdera- el primero de ellos enseñaba por dinero la corrección en el empleo y pronunciación de las palabras, el segundo explicaba los poemas de Simónides y de otros poetas- eran sofistas y como tales eran llamados”.
Este artículo fue publicado
el 27 febrero 2010
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