La biografía de los filósofos famosos (Parte 4): La droga.
La excepción es quizás Sartre, que politoxicómano él, ya en 1935 hace que el Dr. Lagache en el hospital Sainte-Anne le inyecte mescalina, un alucinógeno que le ocasionará una depresión acompañada de alucinaciones durante seis meses en las que se ve perseguido por cangrejos, pulpos, langostas,…. Luego se haría adicto en mayor o menor grado a cigarrillos, pipa, alcohol, cerveza, excitantes, somníferos,… Escribió la crítica de la razón dialéctica “con corydrane y othedrine”. Simone de Beauvoir también está en ese lado. Con alcohol, medicamentos y tabaquismo pasivo muere en un estado penoso. Walter Benjamin sólo pisa este lado en ocasiones, ya que confiesa haber probado el hachís alguna vez.
Por generalidad el filósofo busca “contaminar” a los demás con sus ideas, pero para nada busca quedar contaminado ni física ni moralmente. Además su existencia como enajenado en la vida le impide implicarse verdaderamente en una adicción importante a cualquier tipo de droga. Ideas y drogas parecen ir por caminos distintos.