Manuscritos gnósticos de Nag Hammadi

Las corrientes gnósticas se basan en que el conocimiento trascendental que permite la salvación y que puede ser conocido para un grupo de iniciados mediante la gnosis, que sería una especie de conocimiento introspectivo. Se caracterizan por el sincretismo, recibiendo la llegada de las tradiciones judías, helenísticas, cristianas (paulinas y joaneas) y orientales (especialmente iraníes). En los tres primeros siglos después de Cristo se constituyen como una especie de religión filosófica de carácter dualista que, extendiendo esta característica de Platón, muestran el mito dentro de un sistema racional.
Aunque en sí misma la gnosis no aporte demasiado, tendrá valor en cuanto caldo de cultivo del pensamiento venidero y en cuanto a que será el nexo entre la tradición griega y la cristiana, prolongando la primera y propiciando la segunda. Al mismo tiempo será el prototipo más popular del dualismo griego, que vulgariza acentuando los elementos existenciales al quitarles su carácter especulativo de tendencia filosófica para que así sea apto a las demandas religiosas.
El rechazo al mundo de lo material es una de sus principales características. Basílides y Valentino con la gnosis valentiniana son el prototipo de esta tendencia. El mal se consagra como un principio independiente, que en buena parte de los autores es pasivo, inerte e inferior respecto al principio supremo del bien, mientras que en la rama oriental los principios son dos, contradictorios y equiparables. Las potencias mundanas son las que encierran al alma impidiéndole el retorno a Dios por lo que la creación no es ahora el lugar de salvación humana, sino el impedimento máximo a la realización.
La jerarquización del gnosticismo sitúa a Dios en la cúspide como ser perfecto e inmanente, y esta misma perfección hace que no tenga relación con el resto de los seres al ser éstos imperfectos. El Demiurgo se encuentra en un peldaño inferior y es el origen del mal ya que ha creado la materia obligando así a los hombres a permanecer prisioneros de ésta. Pero no todos los hombres son creados iguales, los crea de tres tipos. Una primera clase, los espirituales, se salvarán directamente al estar hechos de la misma materia que el espíritu; una segunda clase, los materiales o hylicos, que están perdidos para la salvación al estar hechos de la misma materia corrupta que el resto del mundo;y una tercera clase, los psíquicos, que pueden salvarse mediante la gnosis (es decir el conocimiento trascendental). En este último caso la gnosis lleva al pléroma, o unidad primordial de la que surgen el resto de los elementos que existen, mientras que al resto sólo les queda la desaparición total.

Nota: la imagen del artículo es un detalle de los manuscritos gnósticos de Nag Hammadi encontrados en Egipto(1945).

Este artículo fue publicado el 18 agosto 2010 y está archivado en las secciones , . Puedes seguir las respuestas a esta entrada a través del comments feed .

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