El Socialismo Marxista: Precedentes, crítica y desviaciones.
Pero el socialismo no comenzó estrictamente con Marx. Podemos encontrar precedentes en algunos de los postulados vinculados a la revolución francesa por medio de François Babeuf en los que perseguía la supresión de la propiedad privada y que su disfrute fuese ejercido por la comunidad, al tiempo que buscaba la abolición de las diferencias existentes entre los ricos y los pobres. Con posterioridad a Babeuf, fue Charles Fourier el que profundizó en estas ideas para buscar una mayor sistematización, uniendo a la crítica económica la crítica moral de distintas posturas ideológicas (conservadurismo, nihilismo,….) que sustentaban posturas que generaban sufrimiento en las personas.
Otro precedente fue Proudhon que, anarquista él, focalizó su atención en la organización jerárquica de la autoridad como principal causa de los males que son achaque de la sociedad, pensando que “las limitaciones a las funciones del estado son cosa de vida o muerte para la libertad tanto colectiva como individual.”. Su objetivo es que los obreros dejen de trabajar para un único patrón que se beneficie y, en su lugar, lo hagan para ellos mismos. El mismo Proudhon ya advirtió (como bien se encargó de recordar Bakunin en la carta de 1868) que lo peor que le podía pasar al socialismo es que se uniese al absolutismo para que “la lucha del pueblo por la libertad económica y el bienestar material a través de la dictadura y la concentración de todos los poderes políticos y sociales en el Estado.” Así pues aquí ya se preveía la susceptibilidad a que el socialismo degenerase en un fascismo como realmente sucedió en la extinta Unión Soviética y, especialmente, bajo el régimen de Stalin.
Aunque Marx entendía el socialismo como un movimiento humanista que trascendía lo puramente económico y político no pudo prever las nefastas consecuencias que podía tener un cambio inmediato de un régimen capitalista a uno socialista. Es aquí donde el personaje de Lenin resulto clave porque Lenin agravó este proceso al contemplar que las masas deben de ser guiadas por unos líderes verdaderamente socialistas pero sin que el grueso dela población se viese verdaderamente imbuida en el socialismo. La creencia de Marx de que la socialización de los medios de producción resultaría suficiente para perpetrar el cambio resultó así amplificada por la poca fe de Lenin en las posibilidades humanas de la población, hasta el punto de originar una situación en la que el cambio sólo se dio como sistema político, y no en lo humano de sus miembros.
Como consecuencia de este giro el marxismo, que originalmente había sido concebido por el propio Marx como una doctrina humanista, acabó derivando en lo que Proudhon atisbaba. Una dictadura fascista, en este caso el stalinismo, a manos de una burocracia que aparentaba representar los intereses populares. El matiz humanista quedó marginado para centrarse en lo económico, entendiendo que lo que habría de ser el socialismo debería de tener como eje la división de los bienes materiales y no la orientación y el uso que se les debería dar a ellos.
Nota: La persona que aparece en la imagen es Lenin.